miércoles, 16 de febrero de 2011

FOROS: Qué facultad queremos y cuál queremos construir





Miércoles 23 de febrero

Subsidio de los servicios: comedor y fotocopiado
Salón 008 14:00-16:00 hrs.


Miércoles 2 de marzo

La biblioteca que necesitamos, la biblioteca que tenemos
Salón 008 14:00-16:00 hrs.


Miércoles 9 de marzo

La gratuidad en la UNAM y la extensión universitaria
Salón 008 14:00-16:00 hrs.


Miércoles 23 de marzo

El problema de la seguridad en la comunidad universitaria
Salón 008 14:00-16:00 hrs.


Miércoles 6 de abril

Universidad de élite o universidad para todos
Salas A y B 14:00-16:00 hrs.

Editorial

El Aeropuerto de filos es un órgano informativo de miembros de la Asamblea estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la cual cumple un año de reunirse para discutir y construir soluciones sobre los problemas que tiene nuestra comunidad. Esta publicación es un esfuerzo por amplificar la información y el diálogo necesarios para mejorar las condiciones de nuestra facultad.
El Aeropuerto tiene como primer objetivo difundir los trabajos que realiza la Asamblea, encaminados a la obtención de mejores condiciones de estudio y trabajo para los miembros de la facultad. La intención es crear un espacio autónomo de diálogo que contribuya a la construcción de una comunidad universitaria responsable ante el cumplimiento de las obligaciones de la UNAM con la sociedad mexicana a través de espacios de discusión y análisis sobre aspectos académicos y sociales como son los planes y programas de estudio, así como las políticas universitarias.
El proyecto surge de nuestra participación activa en las asambleas estudiantiles donde nace la necesidad, debido a la complejidad del diálogo político, de tener un órgano informativo que haga llegar nuestras opiniones, argumentos y exhortos al total de la comunidad para tener una visión más global de todo aquello que como universitarios y entes políticos nos compete, interesa y afecta. Nuestra intención no es propagandística sino informativa y crítica, Busca generar una opinión responsable y empática que a su vez derive en una acción ética o política consecuente.
Bajo esa lógica, en este primer número planteamos un balance, en forma de pronunciamiento, sobre la situación del movimiento, las demandas y la Asamblea estudiantil, en el cual se incluyen las perspectivas de trabajo para el semestre que recién comienza. Una de las propuestas más destacadas es la apertura de foros de reflexión sobre cada uno de los puntos del Pliego Petitorio, para que, junto con especialistas sobre cada tema, los miembros de la facultad construyamos alternativas de solución.
Compañero universitario, estudiante y trabajador (académico o administrativo), te invitamos a colaborar en este esfuerzo. ¡Escribe, critica, difunde o lee El Aeropuerto de filos!

Imponen autoridades cuestionario en proceso de inscripciones 2011-2

Durante el proceso de inscripciones que se realizó entre el 10 y el 24 de enero los más de nueve mil estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras se toparon con la imposición de un cuestionario obligatorio sin anuncio ni precedentes. De modo que en la premura del trámite de inscripción, con las claves y horarios de las asignaturas en la cabeza, los estudiantes tuvieron que responder doce preguntas binarias —con su justificación o aclaración respectiva (sí/no y ¿por qué?)—, sin opción de dejar respuesta en blanco.
El cuestionario que concluía con un ruego particularmente curioso —“Si deseas hacer algún comentario o sugerencia acerca de los puntos anteriores u otros, te rogamos que lo incluyas”— terminó siendo una imposición electrónica para concluir el trámite de inscripción; una imposición coercitiva y antidemocrática que incautó en un proceso administrativo la opinión de los estudiantes, sin que éstos tuvieran opción a conservar su anonimato. Los resultados y opiniones, en manos de las autoridades, quedaron etiquetados con el nombre y número de cuenta de cada uno de los consultados, lo que demuestra una necesidad de control excesivo sobre la comunidad estudiantil, o bien, que el ejercicio no partió de una reflexión detenida y cautelosa sobre los métodos de comunicación y discusión adecuados para conocer la opinión de la comunidad sobre las problemáticas y sus posibles soluciones, pues estas no forman parte de lo consultado.
Al parecer, este “formulario” fue impuesto con el objetivo de que “la Facultad funcione lo mejor posible y brinde la atención adecuada permitirá proponer solución a los problemas que interesan a todos los miembros de la comunidad y propiciar el mejoramiento de la facultad” [sic.], lo que permite suponer que los resultados arrojados, al margen de su fidelidad y legitimidad, tendrán consecuencias efectivas en el mejoramiento de las condiciones del estudiantado, pues obliga a las autoridades a actuar en consecuencia. Sin embargo, en ninguna pregunta se solicitan sugerencias al estudiantado sobre la solución a los problemas.
En este sentido, si bien la dirección considera esta imposición como “un ejercicio importante de participación estudiantil”, está lejos de ser un avance cualitativo respecto a la inclusión del estudiantado en la toma de decisiones. El cuestionario, además de arrojar algunas preguntas sin un valor sustancial —como la pertinencia de un servicio de fotocopiado o la venta de alimentos al interior de la Facultad—, manifiesta de manera explícita la poca importancia que se brinda a la participación estudiantil en la toma de decisiones, a juzgar por la pregunta número 6 que conglomera indistintamente las actividades recreativas (coro, estudiantina, equipos deportivos) con los órganos representativos de la Facultad (Consejo Técnico y Comités Académicos).
Por otra parte, la pregunta 9: “¿Has sido víctima de algún delito[…]?” pone en evidencia que el discurso sobre la inseguridad con que se quiere justificar la instalación de cámaras y la presencia de cuerpos de vigilancia está basado en suposiciones y no en datos reales sobre las problemáticas con la comunidad, de otro modo no tendrían la necesidad de obtener estas estadísticas a través de cuestionarios exprés vía electrónica.
De manera que el ejercicio reafirma los métodos con que proceden las autoridades para tener un acercamiento a la comunidad, ya que puede interpretarse como una respuesta a los cuestionamientos públicos y a la presión ejercida por la participación activa de los estudiantes de la Asamblea durante el semestre pasado; no sólo lo demuestra la similitud de contenidos con la consulta estudiantil realizada en septiembre —comedor, cámaras, fotocopias, biblioteca—.
El día 14 de diciembre de 2010 los comisionados de la Asamblea asistieron al Aula Simón Bolívar para recibir la respuesta a la solicitud escrita de un Segundo Diálogo Público para el 17 de febrero. Los representantes de la dirección, la Dra. Leticia Flores Farfán y el Mtro. José David Becerra, coordinadores de Filosofía y Letras Clásicas, respectivamente, a falta de una respuesta expresa a la solicitud —ya que “trabajar una propuesta de diálogo era complejo y requería de más tiempo”— anunciaron que realizarían una consulta el semestre entrante para definir los mecanismos de "diálogo" con la comunidad. Afirmaron, asimismo, que el ejercicio se emprendería al margen de cualquier trabajo conjunto con los estudiantes que no pertenecieran a los órganos institucionales ya existentes, en una palabra cerraron la posibilidad de participar directamente a la comunidad y la Asamblea
Las autoridades de la Facultad han hecho manifiesta su nula disposición a dialogar abiertamente con el estudiantado y a consultar a la comunidad para la toma de decisiones y resolución de los problemas de la misma. Pretenden que los métodos electrónicos, suplanten el diálogo con la comunidad; esto a decir de los comunicados previos y el documento con los resultados en la página electrónica de la facultad que, además, está protegido para evitar su impresión; tal vez para garantizar que nadie pueda discutirlo colectivamente...
Franca Rolón

QUÉ FACULTAD VIVIMOS Y QUÉ FACULTAD QUEREMOS CONSTRUIR

Durante los últimos meses se han realizado en nuestra comunidad una serie de discusiones en torno a ciertas problemáticas de nuestra facultad y las perspectivas que tiene de desarrollarse como institución educativa. Es un ejercicio democrático formidable propiciar un ambiente donde la situación y el rumbo de nuestra casa de estudios ya no sólo se discute por el círculo minoritario de directivos que, sin embargo, siguen dirigiendo y decidiendo sobre ellos al margen de la opinión de profesores, trabajadores y estudiantes. Sin embargo es importante resaltar que tal espacio de diálogo se abrió sólo gracias a la organización estudiantil, por lo que se hizo evidente que sin unidad y discusión colectiva es imposible construir una facultad más justa y democrática, donde no se excluya a nadie y se combata realmente la deserción.
En Mayo se entregó una carta con más de 1 500 firmas de estudiantes que preocupados por las condiciones alimenticias de nuestra facultad, propusieron modificar el funcionamiento actual de la cafetería, reduciendo el costo de la comida hasta 15 pesos, para no privar de ese derecho a más de la mitad de los estudiantes; de hecho, según la Encuesta Nacional de la Juventud de 2005, aproximadamente 42% de los jóvenes deja sus estudios por escasez económica, y en nuestra facultad más del 60% de los estudiantes no cuenta con recursos suficientes para comer al menos una vez al día en la cafetería, lo que repercute determinantemente en su desempeño académico y sus posibilidades de concluir la carrera. Por eso la alimentación que es un derecho básico de todo ser humano, debe considerarse como condición mínima de estudio y, por lo tanto, no ser negada a ningún estudiante.
La carta fue presentada al pleno del Consejo Técnico el 20 de mayo de 2010, desde entonces se han señalado una serie de problemas que afectan cotidianamente las labores académicas, ya que esta primera carta tuvo el acierto de cuestionar públicamente el funcionamiento de la facultad, evidenciando, además de los altos costos de la alimentación, el mal funcionamiento de la biblioteca, del servicio de fotocopiado, así como los cobros que se realizan en el área de Educación Continua.
A partir de esta coyuntura se realizó una consulta abierta y democrática, a través de la cual se fundamentó el pliego petitorio que consta de cinco demandas que son: 1) subsidio al comedor, 2) subsidio y mejora al servicio de fotocopiado, 3) Retiro inmediato de toda cámara de “seguridad” que haya en las instalaciones de la facultad, 4) Cancelación de cobros en Educación Continua, 5) Actualización del acervo de la biblioteca “Samuel Ramos” y liberación de plazas laborales suficientes para su administración. Esta postura se expresó en una consulta donde 2 037 miembros de la comunidad, principalmente estudiantes, se pronunciaron en su mayoría por la implementación de estas medidas, con el propósito de contrarrestar los altos índices de deserción, empobrecimiento y marginación que experimentamos los jóvenes. Mejorar las condiciones de estudio es responsabilidad de todos, en la universidad que queremos no se sacrifica el futuro del país por un negocio rentable.

Se ha puesto en cuestionamiento la existencia de cobros en el área de Educación Continua, lo que constituye una verdadera violación al principio de gratuidad de nuestra universidad. También en el caso de la biblioteca se ha cuestionado la falta de ejemplares suficientes de textos básicos, el rezago en la actualización y administración del acervo, así como la falta de personal en las instalaciones de la biblioteca, situaciones que son resultado de una política universitaria que disminuye la inversión en servicios bibliotecarios; impidiendo la renovación de plazas, ocasionando condiciones laborales adversas e insuperables que dividen y generan un clima de tensión entre la comunidad.

La colocación de un sistema de “seguridad” el verano anterior, constituido por cámaras ocultas en la facultad, también fue centro de debate durante el último semestre. En primer lugar porque la comunidad de esta facultad nunca quiso tomar esta medida, de hecho la decisión ni siquiera fue aprobada por el Consejo Técnico. En segundo lugar porque hubiera sido mejor utilizar ese dinero para comprar libros o subsidiar servicios tan necesarios como el de fotocopiado.
Por otra parte habría que preguntarse si este sistema de seguridad puede realmente remediar el problema, o si pretende ser un instrumento para el espionaje, pues a pesar de la presencia de las cámaras durante el año anterior se registraron actos delictivos en las instalaciones de Ciudad Universitaria. Si no queremos imitar las políticas de seguridad federales, deben partir de un ejercicio democrático y profundamente crítico, lo que se contrapone a la imposición de este sistema donde prevalece el autoritarismo que no pretende solucionar el conflicto sino mantener un control panóptico.
A pesar de que la Dirección conoce la existencia de las problemáticas argumentadas anteriormente, las respuestas implementadas no logran mejorar la situación de fondo. Los costos de la cafetería y el servicio de fotocopiado siguen empobreciendo a nuestra comunidad; las cámaras siguen generando un clima de hostilidad debido a que las autoridades no han impulsado un ejercicio verdaderamente crítico sobre su eficacia; la biblioteca sigue arrastrando severos problemas en su funcionamiento y en Educación Continua se sigue cobrando por una serie de cursos que contravienen el espíritu de gratuidad de nuestra institución. Y es que en el fondo la facultad sigue teniendo una política elitista donde no se toman en cuenta las condiciones económicas de la mayoría y, autoritaria pues no se promueven soluciones mediante la participación de la comunidad en su conjunto.

La directora de la Facultad de Filosofía y Letras debería ser una persona atenta y sensible a las necesidades de la comunidad, así como a las opiniones expresadas, sensibilidad que la Dra. Gloria Villegas no ha mostrado, tratando de justificarse con un discurso evasivo, que rehúye dar la cara y rendir cuentas de sus acciones. Las autoridades del plantel han optado por mantener una simulación, ante lo cual los estudiantes nos hemos visto en la necesidad de manifestarnos frente a la dirección exigiendo diálogo público y ha sido gracias a esto que la dirección aceptó participar en el primer encuentro público después de varios meses de exigencia y de promesas engañosas y burdas parodias. Sin embargo la actitud que la directora asumió en el diálogo dejó mucho que desear pues de nueva cuenta, quiso justificarse rompiendo el diálogo y manteniendo una postura demagógica de preocupación, sin promover alguna solución concreta. Demostró su falta de argumentos para llevar acabo sus medidas y actuó como defensora de quienes lucran con las necesidades de la comunidad.
Ahora bien, los problemas que enfrentamos, son problemas que enfrenta la mayor parte de los estudiantes y la juventud a nivel nacional, como ha reconocido el propio rector José Narro; pero también a nivel internacional los jóvenes en general enfrentamos condiciones que limitan nuestro desarrollo académico y social. Así lo demostraron las multitudinarias protestas estudiantiles impulsadas en Inglaterra durante noviembre y diciembre en contra de la triplicación del costo de la educación, así como en Italia en contra de los recortes presupuestales a la educación.
La lucha por transformar las condiciones de estudio de la facultad no es una lucha aislada pues en las facultades de Psicología, Ciencias Políticas y Arquitectura también se han sostenido demandas similares. La situación exige replantearnos, mediante la discusión colectiva, posibles soluciones para los distintos problemas que enfrenta nuestra institución.
Sabemos que las demandas implican un conjunto de medidas completamente viables, lo sabemos porque en otras universidades existe este tipo de funcionamiento, es el caso de la UAM, donde el comedor es subsidiado y la comida cuesta únicamente 10 pesos. La propuesta del comedor y el servicio de fotocopiado subsidiados conlleva la intensión de convertirlos en derechos y a la facultad en un espacio educativo justo y democrático donde las necesidades y los servicios básicos como la alimentación y las fotocopias no sean fuente de lucro ni de exclusión.
La Facultad de Filosofía ha dado un ejemplo de democracia mediante la unificación e iniciativa de la comunidad, primordialmente de los estudiantes. Debemos ser concientes de que aunque las demandas no han sido resueltas, gracias a la organización hemos obtenido algunos beneficios relativos como la apertura del jardín para el consumo de alimentos, la colocación de microondas en esta área y la activación de cursos gratuitos en Educación Continua, Por esto debemos seguir organizándonos y movilizándonos.
Los estudiantes de la facultad debemos impulsar un amplio debate en torno a su funcionamiento, encargándonos de construir una facultad promotora de la educación pública, gratuita y socialmente comprometida con las necesidades de la población, y donde los estudiantes seamos tomados en cuenta para decidir el rumbo de nuestra institución.
Con el ánimo de fortalecer esta perspectiva, los estudiantes organizados impulsaremos una serie de foros públicos para debatir sobre los problemas planteados en el pliego petitorio con la intención de construir un dialogo público e incluyente entre profesores, estudiantes y trabajadores.